Una fotografía de "estudio casero", de mis pruebas con el macro para pobres.
Desconozco de que especie se trata pero puedo deciros que mide unos 5 mm de diámetro y se encuentra en mi tierra con facilidad.
Para realizar esta toma, utilicé un viejo objetivo Yashica de 28 mm completamente normal (no es un objetivo macro) pero invertido en la cámara mediante un anillo inversor, que se trata de un anillo que por un lado se adapta a la montura de la cámara y por el otro lado lleva una rosca torneada donde puede enroscarse el objetivo invertido utilizando la rosca del portafiltros.
Dado que el diseño de la mayoría de los objetivos angulares es de tipo retrofocal, los nodos ópticos del objetivo se encuentran muy cercanos al plano focal y al invertir estos objetivos, los nodos se alejan del plano focal, de la misma forma que lo harían si se agregara una extensión.
De esta forma se consigue un objetivo macro capaz de llegar a relaciones de ampliación mayores que el 1/1, aunque por desgracia son muy difíciles de manejar ya que el enfoque es crítico, al ser la profundidad de campo extremadamente reducida.
Por otra parte, el manejo del diafragma también complica mucho la toma, ya que es conveniente enfocar con el diafragma a su máxima apertura y luego cerrarlo (recordemos que en este caso no hay automatismos) manualmente para hacer la fotografía. Pero no acaba aquí la cosa, aún nos queda determinar la exposición correcta... por suerte, la luminosidad efectiva de un objetivo no cambia al invertirlo, pero recordemos que el anillo inversor añade inevitablemente una extensión de unos 4-5 mm (que si afecta a la luminosidad efectiva), por lo que expuse la toma +1/3 ev sobre el valor fotométrico.
Sobre la iluminación, a falta de nada mejor, usé dos lámparas de filamento de tungsteno (por ello la dominante rojiza), una ubicada lateralmente y otra de forma lateral-frontal para tratar de marcar algunas sombras y obtener un aspecto medianamente tridimensional.
Algo muy aconsejable, para quien tenga una cámara que lo permita es levantar el espejo unos segundos antes de realizar la obturación, puesto que así pueden evitarse en parte las vibraciones... mi cámara no lo permite y usé un paquete de arroz (lleno) de 1 KG apoyado directamente sobre el pentaprisma, no es muy ortodoxo pero funciona bien.
Por último, me queda decir que se trata del encuadre original de la diapositiva (24x36 mm) sin recortes y que usé un trípode y un paquete de arroz para evitar vibraciones.
Desconozco de que especie se trata pero puedo deciros que mide unos 5 mm de diámetro y se encuentra en mi tierra con facilidad.
Para realizar esta toma, utilicé un viejo objetivo Yashica de 28 mm completamente normal (no es un objetivo macro) pero invertido en la cámara mediante un anillo inversor, que se trata de un anillo que por un lado se adapta a la montura de la cámara y por el otro lado lleva una rosca torneada donde puede enroscarse el objetivo invertido utilizando la rosca del portafiltros.
Dado que el diseño de la mayoría de los objetivos angulares es de tipo retrofocal, los nodos ópticos del objetivo se encuentran muy cercanos al plano focal y al invertir estos objetivos, los nodos se alejan del plano focal, de la misma forma que lo harían si se agregara una extensión.
De esta forma se consigue un objetivo macro capaz de llegar a relaciones de ampliación mayores que el 1/1, aunque por desgracia son muy difíciles de manejar ya que el enfoque es crítico, al ser la profundidad de campo extremadamente reducida.
Por otra parte, el manejo del diafragma también complica mucho la toma, ya que es conveniente enfocar con el diafragma a su máxima apertura y luego cerrarlo (recordemos que en este caso no hay automatismos) manualmente para hacer la fotografía. Pero no acaba aquí la cosa, aún nos queda determinar la exposición correcta... por suerte, la luminosidad efectiva de un objetivo no cambia al invertirlo, pero recordemos que el anillo inversor añade inevitablemente una extensión de unos 4-5 mm (que si afecta a la luminosidad efectiva), por lo que expuse la toma +1/3 ev sobre el valor fotométrico.
Sobre la iluminación, a falta de nada mejor, usé dos lámparas de filamento de tungsteno (por ello la dominante rojiza), una ubicada lateralmente y otra de forma lateral-frontal para tratar de marcar algunas sombras y obtener un aspecto medianamente tridimensional.
Algo muy aconsejable, para quien tenga una cámara que lo permita es levantar el espejo unos segundos antes de realizar la obturación, puesto que así pueden evitarse en parte las vibraciones... mi cámara no lo permite y usé un paquete de arroz (lleno) de 1 KG apoyado directamente sobre el pentaprisma, no es muy ortodoxo pero funciona bien.
Por último, me queda decir que se trata del encuadre original de la diapositiva (24x36 mm) sin recortes y que usé un trípode y un paquete de arroz para evitar vibraciones.
Equipo:
Cámara: Nikon F65
Objetivo: Yashica 28 mm f:2.8
Otros datos:
Diapositiva: Fuji Provia 100 ASA
Tiempo de exposición: 1/8 s
Diafragma: f:11
Longitud focal: 28 mm (invertido)
Cámara: Nikon F65
Objetivo: Yashica 28 mm f:2.8
Otros datos:
Diapositiva: Fuji Provia 100 ASA
Tiempo de exposición: 1/8 s
Diafragma: f:11
Longitud focal: 28 mm (invertido)
No hay comentarios:
Publicar un comentario