miércoles, 21 de abril de 2010

Circumpolar en Cullera

Una de las escasas noches que este invierno ha permitido ver las estrellas, decidí subir a la sierra para tratar de realizar una nocturna de larga exposición sin la aparición de nubes, algo que estos últimos meses ha resultado prácticamente imposible, siendo que otros años no tuve excesivos problemas, al menos en las proximidades de Valencia.

No hubo un cielo espectacular, cierta bruma podía apreciarse, y pude observar como la formación de algunas nubes bajas en la zona encuadrada amenazaban con arruinar el trabajo, a pesar de todo, mi empeño fue mayor que las adversidades meteorológicas y decidí seguir adelante con la toma, esperanzado tal vez de obtener un resultado cuanto menos, curioso.

Para realizar la fotografía no dispuse más que del tiempo estrictamente necesario (lo que no resulta en absoluto recomendable) para poner el trípode, exponer y recoger, por lo que no pude estudiar correctamente el encuadre (en este tipo de fotografías con un objetivo angular, es conveniente mostrar algún elemento en primer plano para dar profundidad a la imagen). Me limité a ubicar la cámara en la zona que tenía en mente para empezar a exponer durante 74 minutos que aproveché para descargar la batería de mi portátil mientras veía un DVD en el coche. De esta forma, fue la duración de la película en cuestión (de cuyo título, dicho sea de paso, no quiero acordarme), la que determinó el tiempo de exposición de esta fotografía que podéis ver a continuación:

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Equipo:

Cámara: Nikon D80
Objetivo: Nikon 14-24 f:2,8

Otros datos:
ISO: 200
Tiempo de exposición: 74 minutos
Diafragma: f:2,8
Longitud focal: 14 mm (21 mm equivalente en 35 mm)
Calidad: RAW

Si queréis saber más acerca de la fotografía nocturna de larga exposición, el cálculo matemático/gráfico de tiempos de exposición a partir de las propias fotografías y mi forma de realizarlas, podéis leerlo en este artículo que escribí hace unos meses: Fotografía nocturna de larga exposición.

Tened mucho tiempo y pocas nubes.

jueves, 1 de abril de 2010

Fotografía Infrarroja (Artículo)

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La fotografía infrarroja es un campo que me llamó la atención desde el día que conocí de su existencia, se trataba de algo completamente diferente a todo cuanto había visto hasta entonces y pensé que podría ser interesante con finalidades artísticas (al menos en mi caso).

Pero hubo un problema, cuando descubrí la fotografía IR yo era usuario de cámaras de película en una época en que el mercado fotográfico experimentaba una rápida transición hacia la fotografía digital, transición que yo aún no podía permitirme (alrededor del año 2000) y por la que desaparecieron del mercado prácticamente todo tipo de películas fotográficas no estándar. Estuve buscando films de fotografía IR durante mucho tiempo sin encontrar nada en las tiendas (decían que ya no se fabricaban) y finalmente abandoné la búsqueda. Mucho tiempo después descubrí los portales de compra-venta de Internet dónde aún hoy se puede adquirir este tipo de material si se tiene suerte.

Años más tarde, cuando tuve mi primera dSLR entre las manos y, conocedor de que los CCD's (Dispositivos de Carga Acoplada, es decir, el sensor de la cámara) son sensibles a un espectro de longitudes de onda muy superior al visible, incluyendo el espectro infrarrojo, me puse a investigar la posibilidad de aprovechar esta propiedad para conseguir tomas infrarrojas, esta vez digitales, y como no podía ser de otra manera, encontré páginas Web de fotógrafos de diversas partes del mundo que ya habían pensado en ello y que tenían algunos de sus experimentos publicados, a partir de los cuales empecé mi camino en este campo.

Por esta razón, el artículo se va a centrar únicamente en fotografía IR digital, dado que nunca he tenido la oportunidad de experimentar con película IR.

Aunque en este artículo, el punto de vista es meramente artístico, la fotografía IR tiene muchas otras aplicaciones en disciplinas científicas como astronomía, medicina, geología o hidrología entre otras.

La primera parte del artículo es un breve repaso a la naturaleza de la luz y a una de sus propiedades, la refracción, importante para comprender posteriormente la diferencia de foco existente entre la luz visible y la luz IR.

Introducción: La luz

La luz es una radiación electromagnética (REM) de la que la luz visible representa solo una pequeña parte del espectro electromagnético (entre 400 y 750 nm aprox.), el cual abarca longitudes de onda desde cero hasta el infinito, aunque en la práctica suele representarse la parte del espectro que comprende desde los rayos cósmicos (de una longitud de onda menor que los rayos gamma) hasta las ondas de radio:

Cada una de las zonas del espectro electromagnético se caracteriza por una magnitud que puede ser la frecuencia (número de ciclos completos por unidad de tiempo) o la longitud de onda (distancia entre dos picos o dos valles de un mismo ciclo).

Rigurosamente, la magnitud característica sería la frecuencia, dado que la longitud de onda está relacionada con la velocidad de la luz que asimismo (excepto en el vacío absoluto) depende fundamentalmente de la permeabilidad eléctrica y magnética del medio que atraviesa (podemos decir que depende del medio: aire, agua, vidrio... y que siempre será una velocidad inferior a la que alcanza la luz en el vacío). Para simplificar las cosas, nos referiremos a la longitud de onda en el vacío y trabajaremos con esta magnitud el resto del artículo.

En caso de que alguien quiera hacer los cálculos, la frecuencia y la longitud de onda están inversamente relacionadas, de forma que al aumentar la frecuencia, disminuye la longitud de onda y viceversa:

En la formula anterior, "λ" es la longitud de onda, "c" la velocidad de la luz (en el vacío c = 299.792,458 Km/s) y "ν" es la frecuencia.

En fotografía IR, nos interesa esencialmente la parte del espectro correspondiente al infrarrojo cercano, aunque en muchos casos y con finalidades artísticas, también se emplean longitudes de onda correspondientes al color rojo del visible.

Algo de óptica: la formación de imágenes

Al pasar un rayo de luz a través de los elementos ópticos de un objetivo, éste es dirigido hacia el plano focal para formar la imagen gracias al fenómeno de la refracción de la luz

El fenómeno de la refracción se produce cuando la luz atraviesa medios de distinta refringencia induciendo así un cambio de velocidad en cada medio, de esta forma, cuando un rayo de luz atraviesa (oblicuamente) un medio transparente de diferente densidad, experimenta un cambio de dirección en su recorrido, tanto a la entrada como a la salida del medio, como podemos ver a continuación en lo que podría ser parte del esquema de un objetivo fotográfico:


En el esquema podemos observar:

- dos líneas discontinuas verticales que representan "la normal" (N y N'), es decir, la perpendicular a la superficie de separación de los dos medios. En caso de que el rayo de luz llegue perpendicular a la superficie, no se refracta y sigue la dirección de origen durante todo su recorrido.
- "i" es el rayo incidente, aquel que llega a la superficie de separación de dos medios.
- "r" es el rayo refractado, que pasa a otro medio.

Un par de curiosidades para quién tenga interés:

El índice de refracción ("n") de un medio refringente es el cociente entre la velocidad de la luz en el vacío ("c") y la velocidad de la luz en dicho medio ("v"). El valor de "n" es adimensional y se trata de una constante que caracteriza a cada medio refringente.

n = c/v

Leyes de la refracción:

1.- El rayo incidente, el rayo refractado y la normal están en el mismo plano.

2.- Se cumple la Ley de Snell, que relaciona el seno del ángulo de incidencia y el seno del ángulo del rayo refractado, con los índices de refracción ("n") de los medios que atraviesa dicho rayo:

No todo son ventajas (esto es lo importante para comprender el ajuste de foco en IR): El sistema de formación de imagen sería estupendo si usáramos luz monocromática (de una sola longitud de onda) para realizar las fotografías pero, habitualmente los fotógrafos tenemos la "mala costumbre" de emplear un amplio intervalo de frecuencias en el espectro visible (e incluso fuera del visible, como en fotografía infrarroja) en nuestras tomas. Ello conlleva que a través de la óptica se refractan rayos de luz de muy diferentes longitudes de onda y para nuestra desgracia, cada longitud de onda se refracta de distinta forma (las ondas más cortas -como el color azul- se refractan más que las ondas largas -como el color rojo-), descomponiendo así la luz en sus distintos colores, lo que da lugar al temido cromatismo en nuestras fotografías, puesto que una vez descompuesta la luz, el rayo de mayor longitud de onda se desvía menos que el de menor longitud de onda. Esta característica origina 2 puntos focales, uno para los rayos de menor frecuencia (más lejano a la lente), y otro para los rayos de mayor frecuencia (más cercano a la lente) como podemos observar en el siguiente esquema:


Las aberraciones cromáticas suelen minimizarse combinando diferentes elementos ópticos, algunos de los cuales son de baja dispersión.

Características de la fotografía IR

Tras esta "amena" introducción, trataré de mostrar las principales diferencias entre la fotografía convencional y la fotografía infrarroja.

Primero es conveniente señalar que las imágenes infrarrojas no son tan nítidas como las convencionales. Esto se debe principalmente a que las aberraciones ópticas de la mayoría de los objetivos han sido corregidas únicamente para el espectro del visible. Además de esto también interviene, aunque en menor medida, el hecho de que la longitud de onda de la luz infrarroja es menos resolutiva que la luz visible.

La diferencia más llamativa con la fotografía convencional la encontraremos en el color de la vegetación (o en el alto contraste, en el caso de las fotografías IR en blanco y negro) que por regla general, refleja una gran cantidad de radiación IR, plasmándose en la fotografía de un color cercano al blanco, dando la apariencia de paisajes nevados. El cielo se oscurece muy significativamente, la neblina de fondo queda prácticamente eliminada y las nubes aparecen muy definidas... algo similar a lo que ocurre al usar un polarizador pero el efecto, en muchos casos, es aún mayor y no depende de la posición del Sol respecto del encuadre (usando un polarizador, la máxima polarización se consigue a 90º respecto del Sol, por ello, al usar polarizador en objetivos angulares el cielo suele oscurecerse por zonas).

Algunos ejemplos:

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En la imagen anterior podemos observar las diferencias entre una fotografía convencional y una fotografía infrarroja en la que el follaje queda prácticamente blanco y tanto el color del cielo como el del agua están más saturados, además y como veremos a continuación en el siguiente ejemplo, la neblina de fondo se aprecia en mucha menor medida en la fotografía IR, dejando ver las montañas que en la fotografía convencional están completamente ocultas:

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Ahora veremos un recorte al 100% de ambas fotografías en los que puede apreciarse como en la fotografía IR disminuye considerablemente el efecto de la neblina de fondo:

Primero voy a señalar la proveniencia de los recortes:

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... y los recortes al 100%:

(Pinchar en la foto para ver los recortes a su tamaño original)

En la siguiente fotografía IR pueden observarse unas nubes perfectamente definidas que en luz visible mostrarían unos bordes mucho más difusos (en una fotografía con luz visible puede lograrse un efecto similar -en cuanto a la definición de las nubes- usando un filtro polarizador):

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Una última comparación entre fotografía convencional e infrarroja:

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El equipo

La primera pregunta que se plantea el neófito es si su cámara es apta para este tipo de fotografía. En la mayoría de los casos la respuesta será afirmativa aunque, como no, siempre hay un "pero" y en este caso el "pero" consiste en que, a pesar de que la mayoría de las cámaras pueden captar luz IR, existen variaciones muy importantes en cuanto a la velocidad a la que captan esta luz (según los modelos de cámaras). Estas variaciones se deben a que los fabricantes colocan en la mayoría de las cámaras (el 100% si se trata de cámaras de aficionado) un filtro delante del sensor que, entre otras cosas, se encarga de bloquear la mayor parte de la luz de longitudes de onda diferentes del visible que llegan al sensor. Esto es debido a que en una fotografía convencional, la contaminación con luz IR puede suponer una considerable merma de calidad.

Cada modelo de cámara lleva un filtro distinto que puede bloquear con mayor o menor eficacia las longitudes de onda que nos interesan, por regla general, las cámaras más antiguas llevan filtros más permisivos al IR, mientras que los filtros de las cámaras actuales son prácticamente opacos al IR, por lo que algunos fotógrafos deciden retirarlo del sensor y poner un filtro dedicado a la fotografía IR, aunque dejando así la cámara inservible para fotografía convencional.

La otra opción es utilizar un filtro IR que se enrosca al objetivo como cualquier otro filtro. Se trata de unos filtros que tan solo dejan pasar luz IR (aunque con alguna concesión a las longitudes de onda más largas del visible) y por tanto, si tratamos de mirar a través de ellos no podremos ver más allá del filtro ya que es completamente negro.

Algunas de las cámaras sin modificar que he usado y me han dado buenos resultados en IR son la Nikon D50, Nikon D70/D70s, Nikon Coolpix 2000 y Olympus C-760. Asimismo, hay otras que me han dado un resultado bastante decepcionante en IR (por el excesivo tiempo de exposición que se requiere) como la Nikon D80, Nikon D90, Nikon D200 o Nikon D300, que son modelos más recientes a los que el fabricante ha puesto filtros muy poco permisivos al IR delante del sensor. En la red pueden encontrarse amplios listados de cámaras válidas para fotografía infrarroja.

En cuanto a los filtros IR, hay muchas marcas que los fabrican aunque quizá uno de los más conocidos sea el Hoya R72 (el que yo utilizo). Otros fabricantes son Heliopan, Wratten, Cokin, B+W o Tiffen entre los cuales encontramos un amplio catálogo de filtros IR que de distinta transparencia a longitudes de onda determinadas.

Como hemos dicho, estos filtros IR se caracterizan por sus diferentes grados de transparencia a unos determinados intervalos de longitudes de onda, por ejemplo, tanto el Wratten 89B como el Hoya R72 tienen un 50% de transmitancia para una longitud de onda de 720 nm. Este porcentaje disminuye hasta llegar a 0% en 680 nm, lo que significa que aunque ambos filtros son transparentes a la luz IR, también permiten el paso de algunas de las longitudes de onda más largas del espectro visible, es decir, luz roja que luego podremos procesar para obtener imágenes IR coloreadas.

Como podéis ver, los filtros IR son prácticamente opacos al visible:

La siguiente tabla muestra información sobre la transmitancia de distintas marcas y modelos de filtros IR:

(Pinchar en la tabla para ampliar)

Debo señalar que con los filtros IR puros, los cuales son opacos para cualquier longitud de onda del espectro visible, solo pueden obtenerse imágenes en BN, mientras que los filtros que permiten el paso de parte de la luz visible, servirán también para obtener fotografías coloreadas.

A modo de ejemplo práctico, la toma de una fotografía IR que en una Nikon D50 necesita un tiempo de exposición de 2 segundos, en una Nikon D80 (a igualdad del resto de parámetros) requiere una exposición de 7-8 minutos, mientras que en una compacta Nikon Coolpix 2000 tan solo requiere 1/10 s.

Hay bastantes objetivos sin características especiales que son perfectamente válidos para fotografía IR, por contra otros muchos resultan inútiles para IR, principalmente por la tendencia que tienen algunos objetivos que, aún siendo excelentes para fotografía convencional, producen aproximadamente en el centro de la fotografía una zona más brillante, con menor definición y menor contraste que en el resto. Esto se denomina Hot-Spot.

Podéis ver algunos ejemplos de Hot-Spot en las siguientes fotografías:

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Equipo:
Cámara: Nikon D80
Objetivo: Tamron 17-50 f:2,8

Otros datos:
ISO: 100
Tiempo de exposición: 8 minutos
Diafragma: f:11
Longitud focal: 17 mm (25 mm equivalente en 35 mm)
Calidad: RAW

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Equipo:
Cámara: Nikon D80
Objetivo: Tamron 17-50 f:2,8

Otros datos:
ISO: 100
Tiempo de exposición: 13 minutos
Diafragma: f:9
Longitud focal: 17 mm (25 mm equivalente en 35 mm)
Calidad: RAW

Este Hot-Spot se produce por reflexiones internas de la luz IR, puesto que los objetivos suelen estar corregidos para el espectro visible. En los ejemplos anteriores, ambas fotografías fueron hechas con un Tamron 17-50 f:2,8 y como puede verse, produce un gran Hot-Spot en el centro de la imagen a pesar de ser un objetivo de calidad óptica contrastada en el visible.

Por otra parte, uno de los objetivos que más uso en fotografía IR es el Nikon 18-55 f:3,5-5,6 que a pesar de ser un objetivo de gama baja, resulta ideal para fotografía IR por su buen comportamiento y ausencia de Hot-Spot.

En la red se pueden encontrar listados de objetivos que pueden producir o no el temido Hot-Spot. La única forma de averiguarlo es haciendo la prueba (o que alguien la haga por nosotros).

La presencia de "flare" en las fotografías IR es muy habitual dado que los objetivos están corregidos para luz visible, por esto es conveniente utilizar siempre un parasol y tratar de evitar encuadres en los que pueda interferir la luz parásita.

Seguidamente pongo una fotografía IR donde se aprecia un "flare" que se hubiera podido evitar, o al menos minimizar, con el uso de un parasol:

Equipo:
Cámara: Olympus C-760

Otros datos:
ISO: 100
Tiempo de exposición: 1/13 s
Diafragma: f:2,8
Longitud focal: 6,3 mm (38,1 mm equivalente en 35 mm)
Calidad: JPG

La técnica fotográfica

El trípode siempre debe acompañaros, no me cansaré de repetirlo, pero resulta que además en esta disciplina es absolutamente imprescindible, incluso en días de verano a pleno Sol será necesario el trípode. Caso aparte son las cámaras modificadas pero podemos considerarlo una excepción.

Una de las cosas que más llama la atención tras hacer la primera fotografía IR, bien sea con un filtro IR en el objetivo o con una cámara modificada, es que la cámara nos muestra una fotografía que en poco se asemeja a las imágenes infrarrojas que hemos visto hasta ahora, más bien parece como si la toma se hubiera hecho a través de un filtro rojo muy intenso:

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Esto es debido al papel del balance de blancos (WB) automático, pues la luz que llega al sensor es, en su mayoría, de larga longitud de onda y la cámara interpreta que se ha puesto un filtro rojo al objetivo. Por esta razón deberemos hacer el balance de blancos manual, bien en la propia cámara, o bien disparando en RAW (aunque en cualquier caso se debe disparar en RAW) y modificando el balance de blancos en el postproceso. Personalmente, prefiero hacer el WB personalizado en la propia cámara porque así me puedo guiar con el histograma para hacer la mejor exposición (en muchas ocasiones deberemos hacer un "bracketing" para lograr la exposición correcta), mientras que dejando el WB en auto, el canal rojo queda completamente saturado con exposiciones mucho más bajas de lo deseable.

El WB personalizado para IR se realiza por regla general a la hierba verde, aunque también nos valdría una tarjeta gris o similar. Evidentemente, el WB se hace con el filtro puesto, el objetivo a su máxima focal y la escena debe estar lo más desenfocada posible para que el color que llegue al sensor al hacer el WB sea el promedio del total del encuadre. De esta forma la misma fotografía queda de la siguiente forma:

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Como podéis ver, el cambio es más que considerable tan solo con realizar un correcto balance de blancos. Luego veremos otros posibles cambios que pueden hacerse a estas fotografías en el postproceso.

En cuanto al encuadre, lo más significativo es que se debe evitar al máximo tanto la luz directa como las luces parásitas laterales, por lo que es recomendable disparar al menos a 90º respecto del Sol o fuentes de luz intensa, siendo preferible alrededor de los 180º. Una luz incorrecta destroza una fotografía IR con mucha más facilidad y contundencia que en una fotografía convencional.

Ahora viene uno de los puntos más característicos de la fotografía IR: El enfoque:

Como se ha visto en la introducción, las imágenes se forman sobre el plano focal gracias a la refracción de la luz y ésta, en función de su longitud de onda, se refracta en mayor o menor medida pudiendo crear aberraciones cromáticas en algunas situaciones.

Cuando enfocamos con un objetivo manual, estaremos enfocando solamente para la luz visible puesto que la luz infrarroja, al ser de una longitud de onda mucho mayor, se refracta menos formando la imagen IR más allá del plano focal y en consecuencia, queda desenfocada.

Podemos ver esta característica en el siguiente esquema:

(Pinchar en el esquema para ver a mayor tamaño)

Es por esto que muchos objetivos manuales llevan un punto para la corrección del enfoque en fotografías infrarrojas:

Si usamos estos objetivos manuales, primero se debe enfocar normalmente, como si se tratara de una fotografía no IR, luego se pone el filtro IR en el objetivo y (obviamente sin mirar por el visor, porque no se ve absolutamente nada) se desplaza el anillo de enfoque haciendo coincidir la distancia de enfoque correcta para el visible con el punto de corrección de enfoque IR del objetivo. Luego podemos pulsar el disparador con la seguridad de que obtendremos una imagen IR correctamente enfocada.

En caso de usar objetivos "autofocus" (AF), la operación del enfoque es mucho más simple porque recae todo el trabajo en los sensores AF de la propia cámara. Los pasos a seguir son, primero encuadrar la escena sin filtro IR (para que podamos ver el encuadre) teniendo la precaución de que alguno de los puntos de enfoque de nuestra cámara quede situado sobre alguna zona con suficiente contraste para que pueda enfocar con facilidad, seguidamente colocamos el filtro IR en el objetivo y accionamos el sistema de AF. Dado que los sistemas AF se basan en sensores CCD, pueden "ver" perfectamente la luz infrarroja (la que le llega al sensor AF tras poner el filtro) y enfocarla correctamente sin necesidad de ajustes posteriores. Luego no hay más que disparar la cámara para obtener la fotografía IR.

Si vuestra cámara está modificada para IR, se debe hacer un ajuste de AF para que enfoque correctamente al IR porque aunque la luz que llega al sensor de la cámara es infrarroja, la que llega a los sensores AF es luz visible (con su componente IR, pero en su mayoría visible).

Como excepción debo señalar que algunos objetivos muy especializados y nada corrientes, han sido corregidos de acromatismo para fotografía IR, en cuyo caso no existirá diferencia entre la localización de los puntos de enfoque IR y visual.

El postproceso

Cuando volvemos a casa con la tarjeta de memoria repleta de fotos, encontramos que muchas de ellas son bastante decepcionantes, monotonales y de colores empastados. Por ello debemos optimizar las fotografías realizadas en un buen programa de edición gráfica.

Naturalmente, hay muchas formas de procesar una misma foto y yo solo expondré el modo en que yo lo hago aunque, como todos los procesos de edición, admite múltiples variaciones que en muchos casos mejorarán los resultados, así pues, es conveniente tomar estos pasos que os propongo como una simple guía, no como un proceso cerrado.

El primer paso, si no lo hemos hecho ya antes de la toma es hacer un balance de blancos adecuado, que como he comentado anteriormente, debería hacerse sobre follaje o hierva verde. El principal problema reside en que muchos editores gráficos (entre los que se incluye PhotoShop, con su Adobe Camera Raw) son incapaces de interpretar el balance de blancos tan extremo que requieren estas fotografías, siendo lo más recomendable, abrir los archivos en RAW con el programa específico de vuestra marca de cámara y una vez realizado el balance de blancos, guardar la fotografía en Tiff de 16 bit para editarla en un programa de edición más potente.

Una vez abierto el Tiff en el programa de edición, encontramos algo como esto:

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Una toma claramente infrarroja, pero aun por pulir que es lo que haremos a continuación, empezando por invertir los canales rojo y azul. Para ello creamos una nueva capa de ajuste "Mezclador de Canales", en esta capa de ajuste buscamos el "Canal de salida Rojo" y en las barras de desplazamiento RGB podremos comprobar como la barra del rojo está al 100% y la barra del azul al 0%. Como estamos invirtiendo canales, parece lógico pensar que lo que toca ahora es poner la barra del rojo a 0% y la barra del azul al 100%, como podéis ver a continuación:


Luego realizamos el mismo proceso, pero esta vez con el "Canal de salida Azul", donde llevaremos la barra del rojo al 100% y la barra del azul al 0%:


Es recomendable, hacer una acción que automatice todos los pasos para invertir canales, de esta forma ahorraréis mucho tiempo en los procesos de fotografías infrarrojas.

Una vez invertidos los canales rojo y azul, obtenemos una fotografía con un cielo de color azul muy saturado, pero aún algo empastada (y con frecuencia, también falta de brillo):

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Solucionamos este problema con una nueva capa de "ajuste de Niveles", en la que haremos los ajustes de contraste (recomiendo hacer estos ajustes por canales independientes y con el aviso de luces saturadas y empastadas activado) y brillo (este ajuste prefiero realizarlo en RGB, es decir, simultáneamente en los tres canales). Tras este último paso, ya tenemos una fotografía IR que se puede considerar "aceptable":

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También hay casos, como el de la fotografía que os presento abajo, en que no me acabo de decidir sobre hacer o no la inversión de canales, puesto que personalmente, también me gusta el resultado sin invertir canales... al final siempre acabo haciendo ambos procesados:

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Siempre pueden probarse variaciones en el postproceso, algunas de las cuales darán como resultado fotografías inesperadamente originales, otras sin embargo, pueden acabar rápidamente en la papelera de reciclaje, haced la prueba (y si sale bien, me enviáis el resultado).

En este artículo he tratado de exponer mis conocimientos, aún escasos, sobre la fotografía IR digital, aunque creo que puede ser un punto de partida para animaros a empezar.